El colectivo de niñxs a por todo
[ historias de deconstrucciones y otros…]
Es tarde y recién acabo de cortar con D después de 3 horas al teléfono, como casi siempre.
Hoy me quedo mas manija, mas eléctrica de lo habitual, revolucionada, atravesada y llena de un amor muy profundo que solo el encontrarse en la comunidad permite experimentar.
Aveces uno encuentra seres con caminos diferentes pero demasiadas coincidencias. Hablándo y analizando juntxs nuestras historias, me encuentro hablando-le y hablando-me. Lo que me sale decir no tengo tiempo ni de pensarlo o prepararlo o ni siquiera controlarlo. Cuantas veces nos encontramos dando “consejos” a otrxs o comentando sobre sus historias y lo que decimos es exactamente lo que debemos escuchar?
En esta noche nórdica total, sin esperarlo, descubrí el gran complemento que es escuchar una historia ajena que resuena como propia, pero sobretodo el encontrarme con personas con deseos genuinos de sanar ciertas historias de una vez y poder “ayudar” compartiendo reflexiones de diván y procesos de sanación personales.
Como hicimos con nuestras familias.
Como hacemos con nuestros amigxs.
Me resuena histórica y profundamente el “don” de buscar soluciones afuera, para otrxs, ser buena en aconsejar o querer resolver/beneficiar/ayudar al otrx. Nos hacemos sanadorxs verdaderamente no cuando queremos “salvar” a otrxs, sino cuando tenemos la humildad de aceptar todo lo que primero debemos sanar de lo propio, para solo compartir esa salud integral/mental/kármica/etc. La vida y todo lo no visible y controlable, harán el resto.
Unx sana para unx. Lxs otrxs son solo almas en sus propios caminos íntimos e individuales. Solo a veces la vida nos acerca para crecimiento mutuo (o de alguna de las partes).
En la pasión y el amor por cambiar las cosas, por deconstruirse y romper mandatos, nos encontramos ahora en la tarea no simple y muy critica de construir modos de ser nuevos y hasta evaluar, llegado el caso, cambiar radicalmente nuestras vidas en pos de esa fidelidad al pensamiento, a la claridad real de que hay cosas que no van mas, que no queremos mas, que ciertos legados se terminan en nosotrxs.
Hoy miro hacia atrás y sonrío ante los guiños de la vida. Las personas que conocemos sin poder imaginar que sera de los caminos y la magia que se siente al reencontrarse desde otros lugares en otros puntos adelante en la linea de tiempo.
Lo verdaderamente poderoso sucede cuando esos reencuentros no son ya las reuniones cringe del secundario juntados por un grupo de Facebook, ni tampoco de mi persona en particular, ni de D, sino cuando se reencuentran lxs pequeñxs nosotrxs.
Todo este colectivo de niñxs interiores asustadxs (y hasta un tanto “border”) pidiéndonos explicaciones a nosotrxs “adultxs jóvenes”. ¡Explicaciones en el medio de una confusión generacional espacio-temporal, en una crisis y contradicción radical entre todo lo heredado y las tradiciones y todo lo creado contemporáneamente a nosotrxs, en medio de toda esta vida digital que no entendemos del todo, de las posibilidades infinitas paralizantes y por supuesto nuestra invitada de lujo: una pandemia mundial!
Bárbaro chicos.
Acá estamos este colectivo de infantes con ideas que se les caen a pedazos, con idealizaciones o demonizaciones aferradas en la supervivencia, con realidades autoimpuestas por una psiquis infantil que no tenia otra información mas que a si mismx y el jugar. Niñxs/adultxs en mood sobrevivir y buscar incansablemente la felicidad, el bienestar y la paz. Real. Consciente.
(Le niñx no debería andar buscando su felicidad. ¿Eso no debería ser tarea de adultxs una vez que tienen el pensamiento física y suficientemente desarrollado como para hacerse cargo de sus vidas?)
De todos modos aquí estamos, y resulta que somos un montón.
Esta vez nos vamos juntando espontánea o causal o tal vez mágicamente. -Porque a este punto también se ha caído la seguridad racional de que solo existe este plano y lo tangible-
Lo importante es que ya no pase desapercibido, la clave es darse cuenta.
Es acá cuando el arduo proceso de sanación solitaria e individual cobra sentido. Cuando se comparte. Somos una red y nos sostenemos. Venimos a recuperar lo que nos ha sido arrebatado. Ya no importan las razones, empatía para todos, todes y todas. Acá estamos empuñando la palabra y la responsabilidad emocional. Y vamos a por todo.
SI NO HAY AMOR QUE NO HAYA NADA ENTONCES, YA NO REGATEAMOS MAS.